Verificación (y alimentación) de las reservas de alimento disponibles para el invierno
Durante el invierno, las abejas dependen de las reservas acumuladas durante el año, especialmente de la miel. La llegada de la época invernal implica el diseño y desarrollo de estrategias […]
Durante el invierno, las abejas dependen de las reservas acumuladas durante el año, especialmente de la miel.
La llegada de la época invernal implica el diseño y desarrollo de estrategias de manejo para evitar la reducción o incluso la mortandad de las colmenas. Las reservas energéticas serán fundamentales para que las abejas sobrevivan durante la invernada. Los apicultores deben detectar este problema y remediarlo con alimentación apícola de invierno.
Cuando llega el invierno y se desploman las temperaturas, las abejas necesitan mantener el calor dentro de la colmena. Lo hacen convirtiendo la miel en energía: comen miel y, a través de movimientos y vibraciones, generan calor. Si escasea la miel, las abejas deben extraer esa energía de las reservas de su cuerpo: convierten las grasas y otros elementos en energía, debilitándose rápidamente. Los apicultores saben que deben dejar las colmenas con reservas suficientes para pasar el invierno. Eso supone unos 12 o 15 kilos de miel para una colonia fuerte.